Las claves de la excelencia

Si observamos el éxito de muchas empresas u organizaciones, podemos determinar algunas de las claves que les ha permitido llegar y mantenerse en el top de su sector.
Una sin duda, es la diferenciación de sus productos o servicios frente a sus competidores, lo que les otorga una indudable ventaja, ya que ofrecen algo que los demás no poseen. Además han sabido conectar emocionalmente con sus clientes, para que estos aprecien el valor de ese producto como algo único y diferente (además de cubrir una necesidad concreta).
Otra de las claves reside en que estas empresas tienen un modelo de negocio bien definido y unos objetivos muy claros de cual es su rol en el mercado, es lo que denominamos, la estrategia empresarial. Esta no es más que la manera en que sus propietarios y directivos, han establecidos unos principios más o menos sencillos del sentido de la empresa en el mercado, lo que conocemos como Misión, Visión y Valores de una organización y que inspiran a todos los miembros de la empresa en el camino que quieren recorrer. En ella se plasman no sólo que quiere ser la empresa, sino como lo quieren hacer, desde los procesos operativos y todos los aspectos técnicos ( en su aspecto material), establecen cual es el nicho de mercado que quieren ocupar y que valor añadido pueden aportara sus clientes, hasta los valores que tienen que asumir todos los miembros de la organización, es decir, definamos como la parte «espiritual» de la organización.
Y es justamente en este área en la que quiero continuar mi reflexión.
Tengo la convicción profunda de que la mayor parte de los fracasos empresariales vienen producidas por la ausencia de ese «espíritu» u orgullo de pertenencia de sus trabajadores. Las empresas están formadas por personas que tienen unas necesidades materiales (comer, pagar la hipoteca, los estudios de los hijos, vacaciones, etc) que necesitan cubrir, lo que la pirámide de necesidades de Maslow define como necesidades fisiológicas y de seguridad. Pero esas personas a su vez tienen necesidades psicológicas y espirituales tales como el respeto, la confianza, sentir que son importantes y bien valorados por sus supervisores, colaborar y cooperar con otros miembros de la empresa en el trabajo en equipo, tener valores inspiradores que guíen su trabajo desde la lealtad, la honestidad, el esfuerzo, etc., y que en definitiva, genera trabajadores motivados e identificado con las metas de su empresa.
Y en mi opinión estamos viviendo una etapa (de crisis o post crisis) en la que se esta sacando «la parte más oscura» y los gestos más mezquinos de muchas empresas (empresarios y directivos). Por un lado las bajadas de sueldos esta incidiendo directamente en esas necesidades fisiológicas de Maslow, y por otro lado, se le están sometiendo a muchos trabajadores a una estrategia del miedo de la pérdida de su puesto de trabajo.

Es imprescindible que las empresas entiendan que la gestión de las personas es el aspecto más vital para el éxito empresarial. No es posible el éxito si no tratas bien a tus trabajadores. Puedes tener beneficios, pero este no es el mayor signo de éxito ( las empresas deben tener beneficios, pero los beneficios deben tener un propósito y un sentido), una empresa es grande y tiene éxito cuando es respetada y admirada por los clientes, los proveedores, los trabajadores y por la comunidad en la que se desarrolla.

Lo que diferencia a las empresas que triunfan de aquellas (la mayoría) que se quedan en el caminos reside en la manera en que establecen esa estrategia empresarial y en como abordan el tema del capital humano. En la parte estratégica en la mayoría de las veces nos encontramos con empresas que ni tan siquiera tienen ese mínimo plan estratégico , por lo tanto ni saben a donde van ni saben como van a llegar a ninguna parte. Pero quizás donde más se aprecia esa ausencia es en la manera con la que tratan a sus trabajadores y que marcará la gran diferencia con el resto de sus competidores.
No hay éxito empresarial si no trata a las gentes como los mejores del mundo. Ellos necesitan sentir que son el mayor valor y que nos dedicaremos a ellos en cuerpo y alma para que hagan un trabajo único.
Esta es la clave de la excelencia y requiere de un liderazgo basado en el servicio a los demás. Si no se hace así, serán mediocres hasta que el mercado les expulse.